¿Si Jesús cumplió la Ley en la Cruz: debo seguir la Ley?

Uno de los debates más recurrentes en el cristianismo es la relación entre la Ley y el creyente después de la cruz. Algunos argumentan que, como Jesús «cumplió» la Ley en la cruz, ya no es necesario seguirla. Otros sostienen que, aunque Jesús cumplió la Ley, los creyentes siguen llamados a obedecerla. Para entender correctamente esta cuestión, debemos analizar el significado de «cumplir» la Ley y la relación del creyente con ella después del sacrificio de Cristo.

1. ¿Qué Significa «Cumplir la Ley»?

Proyecto Biblia

En Mateo 5:17 , Jesús declara: «No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.»

El verbo griego utilizado para «cumplir» es «plēróō», que significa «completar, llevar a su máximo significado o plenitud». No implica anular o eliminar, sino revelar el verdadero propósito de la Ley.

Jesús cumplió la Ley al:

  • Vivir una vida sin pecado, obedeciendo perfectamente la Ley de Dios.
  • Explicar su verdadero significado, señalando que la obediencia no es solo externa, sino también del corazón Mateo 5:21-48.
  • Cumplir las profecías mesiánicas y el sistema sacrificial del Antiguo Testamento.

Sin embargo, esto no significa que la Ley haya sido abolida, sino que en Cristo encontramos su cumplimiento y aplicación correcta.

2. La Ley y la Cruz: ¿Fue Abolida?

Algunos toman pasajes como Romanos 10:4: «Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree» para argumentar que la Ley fue eliminada. Sin embargo, «fin» (gr. telos) significa meta, propósito o cumplimiento, no anulación.

Cuando Jesús muere en la cruz:

  • Se cumplen las profecías sobre el Mesías.
  • Se completa el sistema de sacrificios, porque Jesús es el Cordero de Dios Juan 1:29.
  • La Ley ceremonial pierde su vigencia, ya que era un tipo o símbolo de Cristo Hebreos 10:1-4.
  • La Ley moral sigue vigente, ya que refleja el carácter de Dios.

Jesús mismo afirmó en Mateo 5:18: «Hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.» Como el cielo y la tierra aún existen, la Ley no ha sido abolida.

En la Cruz Jesús cumplió la Ley, no la anuló.

3. ¿Debe el Cristiano Seguir la Ley?

La Biblia enseña que la Ley moral sigue siendo el estándar divino, además de ser santa, justa y buena:

  • Romanos 7:12: “De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno.”
  • Romanos 3:31: «¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley.»
  • 1 Juan 2:3-4: «Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él.»
  • Apocalipsis 14:12: «Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.»

La Ley no es un medio de salvación Efesios 2:8-9 , pero sigue siendo la guía para vivir una vida santa Santiago 2:10-12 .

4. La Relación del Creyente con la Ley

Después de la expiación de Jesús en la cruz:

  • No estamos bajo la condenación de la Ley Romanos 8:1-2 , porque Cristo nos redimió, pagó el precio que nosotros merecíamos por el pecado. Esto no significa que ya no debemos cumplir la ley, sino que en Cristo somos liberados de la condenación del pecado y, por el poder del Espíritu, podemos vivir en obediencia a la ley de Dios con una nueva motivación: el amor y la gracia, en lugar del esfuerzo humano por justificarnos.
  • La salvación nunca fue por cumplir la Ley, sino por la gracia de Dios mediante la fe en Jesucristo Efesios 2:8-9
  • No obedecemos para ser salvos, sino porque somos salvos Juan 14:15 .
  • La Ley está escrita en nuestros corazones Hebreos 8:10 , lo que significa que nuestra obediencia fluye del amor.
  • El Espíritu Santo nos capacita para seguir la Ley con un corazón renovado. Ezequiel 36:26-27 .
  • Jesús modeló la obediencia como expresión de amor al Padre y nos llama a seguir su ejemplo Juan 15:10 .

Jesús resumió la Ley en dos mandamientos Mateo 22:37-40 :

  1. Amar a Dios sobre todas las cosas.
  2. Amar al prójimo como a nosotros mismos.

Estos principios no anulan la Ley moral, sino que la explican en su esencia y nos enseñan a vivir conforme al propósito de Dios.

5. La Justicia de la Ley Cumplida en Nosotros

Pablo explica que la justicia de la Ley no solo se cumplió en Cristo, sino que ahora se cumple en nosotros por el poder del Espíritu Santo.

Romanos 8:4: «Para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.»

Esto significa que la verdadera obediencia no viene de un esfuerzo humano, sino de la transformación interna que Dios obra en sus hijos.

Filipenses 2:13: «Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.»

En otras palabras, la Ley sigue vigente, pero la cumplimos no por nuestras fuerzas, si no por el deseo y la capacidad provenientes de Dios, mediante el Espíritu Santo en nosotros.

La Ley de Dios escrita en nuestros corazones por la obra del Espíritu Santo

La Ley sigue siendo el estándar divino de justicia y amor para seguirla

Si bien Jesús cumplió la Ley en la cruz, esto no significa que los creyentes estén exentos de seguirla. La Ley sigue siendo el estándar divino de justicia y amor, pero ahora se vive en el poder del Espíritu Santo. Como enseñó Pablo en Romanos 8:4: «para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.»

Por lo tanto, el creyente no sigue la Ley para ganar la salvación, sino como una respuesta de amor a la gracia recibida en Cristo. La verdadera obediencia proviene de un corazón transformado por el Espíritu Santo, reflejando el carácter de Dios en nuestra vida diaria.

Hebreos 10:16: «Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré.»

1 Juan 5:3 «Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.»

Juan 14:21 «El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.»
Juan 15:10 «Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.»
1 Juan 2:3-4 «Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él.»
1 Juan 3:24 «Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.»
2 Juan 1:6 «Y este es el amor: que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio.»

Así, seguimos la Ley no como una carga, sino como un deleite y una evidencia de nuestra relación con Dios. La gracia no nos exime de la obediencia, sino que nos capacita para vivir en armonía con su voluntad.

Juan 14:15 «Si me amáis, guardad mis mandamientos.»

¡Esa es la verdadera libertad en Cristo!