15 El Bautismo ¿Por que bautizarme?

¿Qué significa verdaderamente nacer de nuevo? ¿Cómo expresar públicamente que hemos decidido seguir a Jesús? El bautismo es la respuesta bíblica a estas preguntas. No es solo un símbolo, sino una experiencia espiritual profunda que marca el inicio de una vida transformada. En este estudio exploraremos por qué el bautismo es tan importante, cómo se realiza según la Biblia y cuál es su verdadero propósito en la vida del creyente.

Marcos 16:16
«El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.»

1. El bautismo lo instituyó Jesús

Mateo 28:19
«Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.»

El bautismo no fue una invención de los discípulos ni una tradición eclesiástica tardía. Fue una institución directa de Jesucristo, establecida como parte fundamental del proceso del discipulado. En Su último mandato antes de ascender al cielo, Jesús dejó claro que el bautismo debía acompañar a la predicación del evangelio. No como una formalidad, sino como un paso visible de fe, entrega y transformación.

Jesús mismo dio ejemplo al ser bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán, no porque necesitara arrepentirse, sino para «cumplir toda justicia» Mateo 3:15 . Su bautismo marcó el comienzo de Su ministerio público y mostró la aprobación divina cuando el Padre declaró desde el cielo: «Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia» Mateo 3:17 . Además, en ese momento descendió el Espíritu Santo sobre Él en forma de paloma, señalando que el bautismo no solo implica agua, sino también unción y dirección espiritual.

Jesús, al iniciar Su ministerio con el bautismo, y al finalizarlo ordenando el bautismo, lo colocó como sello de entrada a la vida cristiana.

Es el punto de partida para todo aquel que desea seguirle como discípulo.

Mateo 3:13,16 «Entonces vino Jesús de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él… Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos.»

Juan 1:32 «Y Juan dio testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.»

Juan 3:5 «El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.» Jesús deja claro que el nuevo nacimiento incluye tanto el bautismo (agua) como la transformación interna por el Espíritu. Es un requisito para entrar en el reino de Dios

El bautismo, por tanto, es un acto de obediencia, de identificación con Cristo y de aceptación del llamado al discipulado.

Bautismo de Jesús en el rio Jordán con el Espíritu Santo descendiendo en forma de Paloma

2. Significado espiritual del bautismo

Romanos 6:4
«Somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo… para que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.»

El bautismo representa simbólicamente la experiencia de morir al viejo estilo de vida, al ego, al pecado, y nacer a una nueva vida en Cristo. Es una representación poderosa del evangelio vivido en el corazón del creyente: muerte, sepultura y resurrección.

En el momento del bautismo, no solo declaramos que creemos en Jesús, sino que aceptamos Su sacrificio como personal y suficiente. En el agua, dejamos atrás la vida anterior —con sus errores, hábitos y cadenas— y emergemos con una nueva identidad: hijos e hijas de Dios, renovados por Su gracia.

2 Corintios 5:17 «De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.» Este pasaje refuerza que al unirnos a Cristo, somos transformados desde adentro. El bautismo marca esa transformación: simboliza que ya no somos los mismos y que ahora vivimos bajo una nueva identidad espiritual.

Gálatas 3:27 «Y todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.» El bautismo nos reviste de Cristo, es decir, adoptamos su carácter, su justicia y su propósito para nuestras vidas. Es una señal de pertenencia a Él.

Colosenses 2:12 «Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.» El bautismo es un acto de fe que nos conecta con el poder de la resurrección. En el bautismo, participamos simbólicamente en ese poder que transforma y da vida.

En el momento del bautismo acepto el sacrificio de Jesús como salvador personal.

Así como el lavamiento ceremonial del Antiguo Testamento apuntaba a una purificación del corazón, el bautismo es una expresión de la fe del creyente que ha aceptado el evangelio y anhela vivir en armonía con la voluntad de Dios.

1 Pedro 3:21 «El bautismo… ahora nos salva, no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios.» El poder del bautismo no está en el agua, sino en lo que representa: el deseo sincero de vivir en conexión y obediencia a Dios, con una conciencia limpia y en comunión con Él.

Esta transformación interior se manifiesta exteriormente, y el bautismo es su sello: una señal visible de que somos de Cristo y caminamos con Él en una nueva vida. Es un acto de fe que demuestra que hemos aceptado el sacrificio de Cristo y deseamos vivir bajo Su Reino.

3. La forma bíblica del bautismo: decisión consciente, voluntaria y mediante inmersión

Mateo 3:16
«Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua.»

El bautismo según el ejemplo de Jesús y los apóstoles era por inmersión: el creyente se sumerge completamente en el agua. Esta forma simboliza plenamente la muerte y resurrección espiritual. Al bajar al agua, simbolizamos que morimos al pecado; al ser sumergidos, que somos sepultados con Cristo; y al salir del agua, que resucitamos con Él para andar en novedad de vida.

Hechos 8:38-39 «Felipe y el eunuco descendieron ambos al agua, y le bautizó… y cuando subieron del agua…» El bautismo se hacía en lugares con suficiente agua para sumergir. El acto completo de descender y salir del agua muestra que el bautismo bíblico requería inmersión total.

La aspersión o el bautismo de niños no están respaldados por la enseñanza y práctica del Nuevo Testamento. El bautismo siempre fue una decisión consciente y voluntaria, precedida por fe, arrepentimiento y comprensión de la verdad.

Juan 3:23 «Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados.»

Hechos 2:38 «Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros…»

El llamado al bautismo va dirigido a quienes pueden arrepentirse y tomar una decisión informada, lo cual excluye a los niños. El bautismo es el resultado de una experiencia espiritual personal, no un rito sin entendimiento

Nuestro bautismo (Albert) en Barcelona con el Pr. Xavi Francés en 2024

4. Requisitos para el bautismo: comprensión, arrepentimiento y aceptación

Hechos 2:38
«Y Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.»

Pedro explica que el bautismo sigue a una experiencia genuina de arrepentimiento y fe. Además de simbolizar el perdón de los pecados, el bautismo abre la puerta para recibir el don del Espíritu Santo y comenzar una vida renovada con Cristo

Antes de ser bautizado, la persona debe:

  • Comprender las enseñanzas bíblicas básicas Hechos 8:12
  • Arrepentirse de sus pecados Hechos 3:19, Hechos 17:30
  • Aceptar a Jesús como Salvador personal y Señor Romanos 10:9

El bautismo no es el final del camino, sino el comienzo de una nueva vida en Cristo.

No hay que esperar a estar transformado para acudir a Jesús; primero ven a Él tal como estás, y luego Él obrará en tu corazón. Así como enseñan las Escrituras, el arrepentimiento sincero y la fe auténtica abren el camino para que el Espíritu Santo transforme la vida del creyente paso a paso.

El orden divino es: primero venir a Cristo, luego ser cambiado por Su gracia 2 Corintios 3:18

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El bautismo es una hermosa expresión de fe, obediencia y esperanza. Es el testimonio público de que hemos sido limpiados por la sangre de Cristo y comenzamos una nueva vida con Él. Hoy, Jesús te invita a tomar esta decisión y seguirle de corazón.

¿Estás listo para dar ese paso de fe y empezar una nueva vida con Él?

¿Qué hago después del Bautismo?

16 El Discipulado